VII /// ESCUCHA EL LATIDO DE LAS PIEDRAS
Museo Nacional Arqueológico de Tarragona / ©2013 Dipah DiDd
El escritor taiwanés Lin Qinxuan cuenta que una vez un amigo le pidió que le hiciera una caligrafía para colgarla en su biblioteca. El amigo le pidió algo muy simple, algo que le resultara útil ver todos los días. Luego de pensarlo mucho, Lin Qinxuan le escribió cuatro caracteres que decían: “Piensa siempre en esos uno o dos”. El amigo no lo entendió y le preguntó qué significaba aquello, a lo que Lin Qinxuan le respondió: -La gente dice que en este mundo hay ocho o nueve puntos de insatisfacción por solo uno o dos de satisfacción que se ajustan a nuestros deseos. No es mucho lo que puedo ayudarte, sólo puedo decirte que pienses a menudo en “esos uno o dos”; que te pares a pensar en las cosas felices, que hagas brillar la parte alegre y con ella mitigues las penas que lleves dentro. Esto es lo mejor que yo, como amigo tuyo, soy capaz de hacer para ayudarte.
El gran tesoro de nuestras vidas es la actitud armónica con la que la afrontamos ya que nuestra verdadera capacidad de ser felices sólo procede de nuestros propios valores, de la expresión de nuestras emociones positivas, de nuestra visión optimista, de cierta forma de educación, de la persecución de nuestros ideales y del trato afectuoso con quienes pueden ayudarnos a mejorar como personas, a cultivarnos y a enriquecernos por dentro. El verdadero escenario en el que elegimos vivir no puede estar apartado del mundo, sino en nuestra vida de “aquí y ahora”. En la antigua China solía decirse que “los eremitas o ermitaños menores se esconden en el campo y los eremitas mayores permanecen en las ciudades”. Sólo los eremitas menores que todavía no han adquirido el control de sus emociones o la disciplina necesaria se marchan a esconderse en las montañas o se cultivan recluyéndose en un templo o una casa de campo para hacer como que meditan. Por el contrario, el verdadero eremita no se aparta de las fatigas mundanas; puede que viva en el bullicio de la ciudad y que haga todos los días las mismas cosas que los demás, pero por dentro, en cambio, es capaz de cultivar un paisaje tranquilo y silencioso que siempre será un bálsamo para aquellos que le rodean. Kafer khirek! Namaste!
Museo Nacional Arqueológico de Tarragona / ©2013 Dipah DiDd
El escritor taiwanés Lin Qinxuan cuenta que una vez un amigo le pidió que le hiciera una caligrafía para colgarla en su biblioteca. El amigo le pidió algo muy simple, algo que le resultara útil ver todos los días. Luego de pensarlo mucho, Lin Qinxuan le escribió cuatro caracteres que decían: “Piensa siempre en esos uno o dos”. El amigo no lo entendió y le preguntó qué significaba aquello, a lo que Lin Qinxuan le respondió: -La gente dice que en este mundo hay ocho o nueve puntos de insatisfacción por solo uno o dos de satisfacción que se ajustan a nuestros deseos. No es mucho lo que puedo ayudarte, sólo puedo decirte que pienses a menudo en “esos uno o dos”; que te pares a pensar en las cosas felices, que hagas brillar la parte alegre y con ella mitigues las penas que lleves dentro. Esto es lo mejor que yo, como amigo tuyo, soy capaz de hacer para ayudarte.
El gran tesoro de nuestras vidas es la actitud armónica con la que la afrontamos ya que nuestra verdadera capacidad de ser felices sólo procede de nuestros propios valores, de la expresión de nuestras emociones positivas, de nuestra visión optimista, de cierta forma de educación, de la persecución de nuestros ideales y del trato afectuoso con quienes pueden ayudarnos a mejorar como personas, a cultivarnos y a enriquecernos por dentro. El verdadero escenario en el que elegimos vivir no puede estar apartado del mundo, sino en nuestra vida de “aquí y ahora”. En la antigua China solía decirse que “los eremitas o ermitaños menores se esconden en el campo y los eremitas mayores permanecen en las ciudades”. Sólo los eremitas menores que todavía no han adquirido el control de sus emociones o la disciplina necesaria se marchan a esconderse en las montañas o se cultivan recluyéndose en un templo o una casa de campo para hacer como que meditan. Por el contrario, el verdadero eremita no se aparta de las fatigas mundanas; puede que viva en el bullicio de la ciudad y que haga todos los días las mismas cosas que los demás, pero por dentro, en cambio, es capaz de cultivar un paisaje tranquilo y silencioso que siempre será un bálsamo para aquellos que le rodean. Kafer khirek! Namaste!
VIII /// ESCUCHA EL LATIDO DE LAS PIEDRAS
Barrio del Foro Romano, Cartagena / ©2013 Dipah DiDd
Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca, debes rogar que el viaje sea largo, lleno de peripecias, lleno de experiencias. No has de temer ni a los lestrigones ni a los cíclopes, ni la cólera del airado Poseidón. Nunca tales monstruos hallarás en tu ruta si tu pensamiento es elevado, si una exquisita emoción penetra en tu alma y en tu cuerpo. Los lestrigones y los cíclopes y el feroz Poseidón no podrán encontrarte si tú no los llevas ya dentro, en tu alma; si tu alma no los conjura ante ti. Debes rogar que el viaje sea largo, que sean muchos los días de verano que te vean arribar con gozo y alegría a puertos que ignorabas. Que puedas detenerte en los mercados de Fenicia, y comprar unas bellas mercancías: madreperlas, coral, ébano, ámbar y perfumes placenteros de mil clases. Acude a muchas ciudades del Egipto, para aprender de los sabios. Conserva siempre en tu alma la idea de Ítaca porque llegar allí es tu destino. Mas no hagas con prisas tu camino; mejor será que dure muchos años y que llegues, ya viejo, a la pequeña isla, rico de cuanto habrás ganado en el camino. No has de esperar que Ítaca te enriquezca: Ítaca te ha regalado ya un hermoso viaje. Sin ella, jamás habrías partido; mas no tiene otra cosa que ofrecerte. Y si la encuentras pobre, Ítaca no te ha engañado. Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia, entenderás ya el verdadero significado de las Ítacas. Konstantinos Kavafis: Ítaca //1863-1933.
Nuestra vida es un camino de aprendizaje, un viaje maravilloso hacia la sabiduría. La primera lección que aprendes en este camino es la de la humildad, ya que algunas veces extenderás tu mirada hacia el horizonte brillante cuando te encuentres en la cima de una montaña y otras, te acostumbrarás a los claroscuros mientras avanzas por el sendero más profundo de algunas ramblas. Entonces comprendes que un poco más arriba o abajo no tiene mayor importancia, excepto para que tu mirada se acostumbre a percibir la totalidad y te encuentres a salvo de perder tu energía en el magma de la ignorancia que te impulsa a colocar etiquetas, juzgar o buscar excusas.
El camino es glorioso cuando cada decisión que tomas, cada actividad que desarrollas y cada pequeño gesto los haces con tu corazón repleto de confianza, empatía y compasión. Entonces, recorres tu senda desde el Amor, la ilusión, la aceptación, la creatividad, el equilibrio y la alegría. Por el contrario, si tu motor es el miedo, nunca avanzas ni aprendes. En este caso, la queja, el pesimismo y el victimismo, te impedirán aceptar los desafíos y se marchitará tu poder personal en el páramo de las emociones negativas que gobiernan la desilusión y el tedio. Cuando aprendes a valorar lo que eres, a respetar tu interior, a compartir tus emociones e ideas y a proyectar tu Amor a los demás, entonces encuentras el momento adecuado para comunicar lo correcto en lugar de seguir haciendo y diciendo lo conveniente.
Cada uno de nosotros tiene un talento que alimenta la esperanza de mejorar el mundo. Es nuestro deber expresarlo para mejorar nuestra vida y la de aquellos que nos rodean. Gandhi siempre nos recuerda que “debes ser el cambio que deseas para el mundo”. Kafer khirek, Námaste!
Barrio del Foro Romano, Cartagena / ©2013 Dipah DiDd
Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca, debes rogar que el viaje sea largo, lleno de peripecias, lleno de experiencias. No has de temer ni a los lestrigones ni a los cíclopes, ni la cólera del airado Poseidón. Nunca tales monstruos hallarás en tu ruta si tu pensamiento es elevado, si una exquisita emoción penetra en tu alma y en tu cuerpo. Los lestrigones y los cíclopes y el feroz Poseidón no podrán encontrarte si tú no los llevas ya dentro, en tu alma; si tu alma no los conjura ante ti. Debes rogar que el viaje sea largo, que sean muchos los días de verano que te vean arribar con gozo y alegría a puertos que ignorabas. Que puedas detenerte en los mercados de Fenicia, y comprar unas bellas mercancías: madreperlas, coral, ébano, ámbar y perfumes placenteros de mil clases. Acude a muchas ciudades del Egipto, para aprender de los sabios. Conserva siempre en tu alma la idea de Ítaca porque llegar allí es tu destino. Mas no hagas con prisas tu camino; mejor será que dure muchos años y que llegues, ya viejo, a la pequeña isla, rico de cuanto habrás ganado en el camino. No has de esperar que Ítaca te enriquezca: Ítaca te ha regalado ya un hermoso viaje. Sin ella, jamás habrías partido; mas no tiene otra cosa que ofrecerte. Y si la encuentras pobre, Ítaca no te ha engañado. Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia, entenderás ya el verdadero significado de las Ítacas. Konstantinos Kavafis: Ítaca //1863-1933.
Nuestra vida es un camino de aprendizaje, un viaje maravilloso hacia la sabiduría. La primera lección que aprendes en este camino es la de la humildad, ya que algunas veces extenderás tu mirada hacia el horizonte brillante cuando te encuentres en la cima de una montaña y otras, te acostumbrarás a los claroscuros mientras avanzas por el sendero más profundo de algunas ramblas. Entonces comprendes que un poco más arriba o abajo no tiene mayor importancia, excepto para que tu mirada se acostumbre a percibir la totalidad y te encuentres a salvo de perder tu energía en el magma de la ignorancia que te impulsa a colocar etiquetas, juzgar o buscar excusas.
El camino es glorioso cuando cada decisión que tomas, cada actividad que desarrollas y cada pequeño gesto los haces con tu corazón repleto de confianza, empatía y compasión. Entonces, recorres tu senda desde el Amor, la ilusión, la aceptación, la creatividad, el equilibrio y la alegría. Por el contrario, si tu motor es el miedo, nunca avanzas ni aprendes. En este caso, la queja, el pesimismo y el victimismo, te impedirán aceptar los desafíos y se marchitará tu poder personal en el páramo de las emociones negativas que gobiernan la desilusión y el tedio. Cuando aprendes a valorar lo que eres, a respetar tu interior, a compartir tus emociones e ideas y a proyectar tu Amor a los demás, entonces encuentras el momento adecuado para comunicar lo correcto en lugar de seguir haciendo y diciendo lo conveniente.
Cada uno de nosotros tiene un talento que alimenta la esperanza de mejorar el mundo. Es nuestro deber expresarlo para mejorar nuestra vida y la de aquellos que nos rodean. Gandhi siempre nos recuerda que “debes ser el cambio que deseas para el mundo”. Kafer khirek, Námaste!
IX /// ESCUCHA EL LATIDO DE LAS PIEDRAS
Termas de los Ángeles Pescadores, Uthina, Túnez / ©2013 Dipah DiDd
Cualquier cosa es un camino entre un millón de caminos. Por tanto, si buscas la sabiduría debes tener presente que un camino es sólo un camino; si sientes que no debes seguirlo, no debes permanecer en él bajo ninguna circunstancia. Tu decisión de mantenerte en ese camino debe estar libre de miedo o de ambición. Debes observar cada camino de cerca y de manera deliberada para preguntarte, obligatoriamente: ¿tiene corazón este camino? Todos los caminos son lo mismo: no llevan a ninguna parte. Sin embargo, un camino sin corazón nunca es agradable. En cambio, un camino con corazón resulta sencillo, no cuesta tomarle el gusto y el viaje se hace gozoso mientras lo sigues y te vuelves uno con él. Carlos Castaneda: Las Enseñanzas de Don Juan. Editorial FCE, México.1968.
Desarrollar y armonizar nuestra mente es un desafío muy importante, una tarea de toda la vida porque nos lleva a las profundidades de nuestros miedos e ilusiones, aquellos en los que se asientan nuestros límites. Nadie nace con una autoestima sana, por el contrario, debemos aprender esta cualidad a medida que enfrentamos los desafíos que nos aguardan en el camino de nuestra vida. Sin embargo, como este es un camino con corazón, cuando se inicia, nos provoca tanta alegría que comprendemos rápidamente que ya no hay vuelta atrás. Todos estamos en esta especie de peregrinaje para desprendernos de los miedos, las imposturas, los dogmas y las creencias limitadoras que nos impiden reconocer la belleza, la creatividad y el sentido de nuestras vidas. El camino de la sabiduría exige actuar, no es un acontecimiento pasivo, y sólo incluye pocas advertencias y algunos consejos:
Termas de los Ángeles Pescadores, Uthina, Túnez / ©2013 Dipah DiDd
Cualquier cosa es un camino entre un millón de caminos. Por tanto, si buscas la sabiduría debes tener presente que un camino es sólo un camino; si sientes que no debes seguirlo, no debes permanecer en él bajo ninguna circunstancia. Tu decisión de mantenerte en ese camino debe estar libre de miedo o de ambición. Debes observar cada camino de cerca y de manera deliberada para preguntarte, obligatoriamente: ¿tiene corazón este camino? Todos los caminos son lo mismo: no llevan a ninguna parte. Sin embargo, un camino sin corazón nunca es agradable. En cambio, un camino con corazón resulta sencillo, no cuesta tomarle el gusto y el viaje se hace gozoso mientras lo sigues y te vuelves uno con él. Carlos Castaneda: Las Enseñanzas de Don Juan. Editorial FCE, México.1968.
Desarrollar y armonizar nuestra mente es un desafío muy importante, una tarea de toda la vida porque nos lleva a las profundidades de nuestros miedos e ilusiones, aquellos en los que se asientan nuestros límites. Nadie nace con una autoestima sana, por el contrario, debemos aprender esta cualidad a medida que enfrentamos los desafíos que nos aguardan en el camino de nuestra vida. Sin embargo, como este es un camino con corazón, cuando se inicia, nos provoca tanta alegría que comprendemos rápidamente que ya no hay vuelta atrás. Todos estamos en esta especie de peregrinaje para desprendernos de los miedos, las imposturas, los dogmas y las creencias limitadoras que nos impiden reconocer la belleza, la creatividad y el sentido de nuestras vidas. El camino de la sabiduría exige actuar, no es un acontecimiento pasivo, y sólo incluye pocas advertencias y algunos consejos:
- No sentir lástima por nosotros mismos ni actuar por lástima con los demás.
- No dejar que la culpa y el rencor nos obliguen a beber de su veneno.
- No aceptar al sufrimiento como un hecho necesario de la vida.
- Recordar que sólo alcanzamos la paz cuando nuestro corazón rebosa de las energías vitales del amor, la armonía y la alegría.
- Ver la vida con optimismo porque la felicidad es una actitud y depende de nuestra propia responsabilidad.
- Dejar de lado las emociones negativas, fomentar nuestras emociones positivas (compasión, sencillez, sinceridad, empatía, altruismo, optimismo, confianza) y hacernos responsables de nuestras elecciones y del sentido que damos a nuestra vida.
- Aprender a relacionarnos de manera consciente con los demás, formando uniones con las personas que contribuyen a nuestro crecimiento y dejando de lado a las que nos lo impiden.